1. El espíritu creativo
Te ha pasado de salir a correr, estás por completo relajada, la mente agradablemente en blanco, entonces se te ocurre de repente la solución de un problema en el que has estado meditando durante días y semanas…
Estos son los momentos que has conectado con el espíritu creativo.
La meditación facilita el emerger de este espíritu creativo, para que no sea solo un suceso esporádico sino un estilo del ser, es decir, una vida llena del deseo de innovar, de explorar nuevas formas de hacer la cosas, de convertir sueños en realidad. El espíritu creativo puede estar al alcance de todos los que sienten la necesidad de probar, de explorar nuevas posibilidades.
Este espíritu está presente en los genios indiscutibles como Leonardo da Vinci, pero aparece también en la cocinera arriesgada que inventa nueva recetas cada día y en la maestra inspiradora que encuentra constantemente nuevas formas de despertar el entusiasmo de sus alumnos.
Los momentos creativos son de vital importancia para todo lo que hacemos, en cualquier aspecto de la vida: relaciones, familia, trabajo, comunidad.
Cuando adoptas un nuevo enfoque en lo que haces y este nuevo enfoque da resultados estás usando la creatividad y cuando vas más allá de las maneras tradicionales de resolver un problema con un éxito que influye en los demás, tu creatividad adquiere una dimensión social.
2. Las cuatro etapas del proceso creativo
Cuando hablamos de creatividad parece que nos referimos a un proceso mágico, un relámpago de inspiración, un instante en que la solución a un problema con el cual te has debatido por semanas aparece.
Este momento que parece surgido de la nada, en verdad, representa el estado de culminación de un proceso marcado por ciertas etapas características. Así que ahora vamos a analizar las cuatro etapas del proceso creativo descritas por Graham Wallas, un economista de Harvard que se interesó mucho por la psicología y se apasionó a los estudios sobre la creatividad.
Preparación
Es el momento en que te sumerges en el problema en búsqueda de cualquier información pueda parecer relevante. Es entonces cuando dejas vagabundear libremente tu mente. Consiste en la aparición de una amplia gama de ideas (brainstorming) utilizando lo que se llama pensamiento divergente, es decir, el surgimiento espontáneo de ideas asociadas al tema de creación.
Incubación
Una vez que has recogido todo el material relevante y empujado hasta el límite tu mente racional, hay que dejar que la información se reorganice sola y para hacer eso tenemos que dejar de ejercer el control racional de nuestro circuitos descendentes y dejar el tiempo a la idea que surja sola. Al tratarse de un proceso interno, aparentemente no provoca ninguna respuesta externa, requiere la desconexión del problema, para así desechar u olvidar estrategias erróneas e ineficaces.
Es una etapa de gran tensión emocional ante la duda de si se conseguirá o no el objetivo propuesto. Esta tensión se acrecienta en la medida en que aumenta el tiempo dedicado a esta fase. Es por ello que muchos proyectos son abandonados en esta fase.
Iluminación
La fase de la iluminación es cuando nos llega una intuición profunda, la idea o conjunto de ideas innovadoras, este momento no tiene nada de sobrenatural, se puede facilitar a través de técnicas que veremos más adelante, además esta solución es solo parte de un proceso, es decir que todas las etapas anteriores han sido necesarias para llegar a este momento. Es importante entender también que la respuesta creativa está relacionada con un cierto momento y una cierta persona, no es la única correcta, esta es la parte divertida de la creatividad no hay una respuesta correcta, hay solo una respuesta que funciona en un determinado momento, la misma persona en otro momento podría encontrar otra idea.
Verificación
A veces pensamos que la creatividad es solo tener ideas nuevas, pero en verdad lo que hace que estas ideas sean realmente creativas es que funcionen en la realidad, solucionan un problema. La fase de verificación es muy importante en esta fase se analiza, verifica y valida la solución adoptada. Tiene como consecuencia su abandono, o su adaptación para ser perfeccionada o su puesta en práctica. Es un momento repleto de incertidumbres, de inseguridad ante las últimas decisiones, así que es importante mantener el equilibrio emocional.
Está claro que estas fases no suceden siempre de forma ordenada una detrás de la otra, el proceso creativo es un flujo donde nos encontramos una serie de actos con múltiples y sucesivas preparaciones, incubaciones, iluminaciones y traducción a la acción.
3. Mindfulness aplicado a las 4 etapas del proceso creativo
Vamos a ver ahora cómo el Mindfulness nos puede ayudar en estas 4 etapas:
PREPARACIÓN: En esta etapa la calidad de la atención que se desarrolla con el Mindfulness nos ayuda a mantener el foco en el tema que queremos desarrollar y a distinguir la información importante de la no importante mindfulness. Al mismo tiempo disminuyendo el pensamiento rumiativo y la autocrítica incrementa la capacidad de pensamiento divergente, eliminando la censura. Practicar mindfulness antes de una sesión de lluvia de ideas hace que estas ideas básicas iniciales sean de mayor calidad.
INCUBACIÓN: En la etapa de incubación hemos visto que hay la reestructuración, es decir, el cerebro organiza y estructura toda la información recopilada de una forma nueva, adecuada a la situación. El mindfulness es especialmente útil, en este momento, porque a la mayoría de personas les resulta difícil dejar de pensar y no obsesionarse por un tema y esto es el obstáculo más grande a nuestra creatividad. El hecho de estar buscando continuamente una solución con nuestra mente racional nos aleja de la posibilidad de encontrarla porque no podemos soltar el control y al final nos frustramos y abandonamos.
ILUMINACIÓN: Es el momento del ¡Eureka! o ¡Ajá!
La práctica mindfulness incrementa la toma de conciencia, que nos permite, con más facilidad detectar una idea creativa de la maraña del resto de pensamientos, este proceso es más difícil de lograr si no se han desarrollado algunas características de la atención.
VERIFICACIÓN: Cuando llega el momento de llevar nuestra idea a la realidad y verificar si funciona, necesitamos control cognitivo y atencional para realizar una evaluación analítica. Mindfulness facilita estar motivado y focalizado, usando el pensamiento convergente, para elegir las soluciones más eficaces.
En suma, el Mindfulness nos ayuda en todas las etapas del proceso creativo: gracias a su capacidad de volver la mente más abierta, flexible y curiosa por un lado y por el otro ayudándonos a gestionar todas las emociones negativas que puedan surgir a raíz de nuestra autocrítica como la frustración, el miedo y la tristeza.